El desarrollo de nuestra práctica personal de asanas nos lleva profundamente a nosotros mismos a través del cuerpo. A través de la Práctica de asanas tiene lugar una alquimia que produce cambios en nosotros, en los niveles social, físico y psicoespiritual. Finalmente, la asana nos ayuda a refinar nuestra energía: la energía de la acción, del pensamiento, de la respiración y del amor. Con esta nueva energía, el modo en que nos abrimos al mundo, y nos relacionamos con nuestro entorno, cambia por completo.
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